Áspera reacción de los mercados tras el triunfo de Lula: las acciones se derrumban un 5% en la apertura del lunes

Pese a la debilidad parlamentaria del nuevo Presidente electo, los mercados anticipan la paralización del proceso reformista iniciado por Jair Bolsonaro. La caída bursátil se profundizó en el caso de Petrobras, ya que la privatización se verá completamente descartada.

El sendero reformista de Brasil se queda a medio camino tras la victoria de Lula da Silva y la izquierda en el país. La debilidad parlamentaria del nuevo Presidente electo supone un atisbo de tranquilidad para los mercados, ya que se descartan de plano reformas radicales en contra de los lineamientos básicos del modelo económico actual.

Sin embargo, los inversores advierten la inminente paralización del proceso reformista que Brasil atravesó durante los años de Jair Bolsonaro, y con ello el dinamismo de la afluencia de capitales. Los títulos nucleados en índice accionario de Brasil (EWZ) acumularon una caída promedio del 5,2%, después de haber caído hasta un 2,5% en la jornada anterior. 

El real operó estable en la apertura del lunes, con una ligera depreciación que elevó la paridad cambiaria a 5,32 por dólar. La reacción bursátil por la victoria de Lula es, hasta ahora, casi 10 veces menor a la que generó la victoria del kirchnerismo en agosto de 2019. 

Se registró una fuerte caída de hasta el 9,3% sobre la cotización de las acciones de Petrobras, y constituyó la variación más profunda de la jornada. El presidente Jair Bolsonaro se había comprometido con la privatización y recapitalización de la empresa en caso de ser reelecto, pero la victoria de Lula desmantela completamente esta posibilidad. 

Aún con un parlamento dividido y sin capacidad política para imponer reformas extremistas, la próxima presidencia al frente de Lula garantiza el cese de cualquier tipo de política de privatización, especialmente para una empresa tan paradigmática como lo es Petrobras en Brasil. 

Los inversores descuentan, además, un cambio en la política de precios de la empresa, con mayor injerencia política por parte del Gobierno y menor libertad para aplicar criterios técnicos a la hora de fijar precios domésticos.

Petrobras registró pérdidas millonarias durante las últimas administraciones del PT, a causa de las operaciones de corrupción y las políticas heterodoxas sobre la fijación de precios domésticos. El proceso de reestructuración llevado a cabo por Bolsonaro permitió ganancias operativas récord hacia el año 2021, pero estas políticas serán abandonadas.

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