Dicen fiscales federales que abogados de Miami financiaron plan de sobornos de la DEA

Los fiscales federales están ampliando su investigación sobre un plan de sobornos que involucra a dos ex supervisores de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, centrando su atención en dos abogados defensores de Miami sospechosos de beneficiarse de repetidas filtraciones de información confidencial de la DEA.

La Oficina del Fiscal Federal en Manhattan presentó documentos judiciales el lunes acusando a los abogados de financiar el plan y pidiendo a un juez que permita a los fiscales revisar casi 1.000 correos electrónicos, mensajes de texto y grabaciones de llamadas telefónicas protegidas entre los abogados y Manny Recio, un ex agente de la DEA que Posteriormente trabajó para los abogados como investigador privado.

Las comunicaciones de los abogados con sus clientes y miembros de su equipo de investigación son confidenciales y, por lo general, están fuera del alcance de las autoridades policiales, a menos que se utilicen para llevar a cabo actividades delictivas. Pero los fiscales federales tomaron la inusual medida esta semana de pedirle a un juez que invocara la “excepción de fraude criminal” a este privilegio, calificando las comunicaciones entre Recio y los abogados David Macey y Luis Guerra como “integrales del plan de soborno”.

La moción marcó un cambio radical para los fiscales, quienes durante años hicieron todo lo posible para evitar nombrar a los abogados como cómplices no acusados ​​y beneficiarios de la conspiración. Ni Macey ni Guerra han sido acusados, pero los fiscales se refirieron a ellos como “abogados corruptos” que “pagaron generosamente por secretos de la DEA” durante un juicio de dos semanas que terminó en noviembre con un jurado que declaró culpables a Recio y al ex agente de la DEA John Costanzo Jr. de soborno y fraude electrónico de servicios honestos .

“Estamos aquí planeando cómo vamos a ganar dinero, dinero, dinero”, dijo Guerra en una conversación interceptada con Costanzo.

Macey y Guerra no han respondido a repetidas solicitudes de comentarios. Ambos abogados son miembros desde hace mucho tiempo de lo que en Miami se conoce como la “barra de la pólvora blanca”, un círculo ferozmente competitivo de abogados defensores de alto precio que luchan por conseguir clientes capos, negociar acuerdos de rendición y convertirlos en cooperadores del gobierno.

En un campo tan lucrativo, la notificación anticipada de una acusación o de investigaciones en curso puede ser la clave para reclutar exitosamente a un nuevo cliente. Pero pagar a funcionarios públicos por información privilegiada es ilegal.

Los fiscales dijeron en el juicio que después de que Recio se jubiló, le pidió repetidamente a Costanzo que registrara nombres en una base de datos confidencial de la DEA que rastrea investigaciones federales de interés para sus nuevos empleadores. Los dos también discutieron el momento del arresto del principal narcotraficante en la República Dominicana y la fecha exacta de 2019 en la que el gran jurado debía acusar al empresario Alex Saab, uno de los principales objetivos criminales en Venezuela y presunto hombre de bolsa del presidente del país. , Nicolás Maduro.

“A lo largo del plan de soborno, Costanzo filtró información repetidamente a Recio para beneficiarlo a él y a los abogados con los que trabajaba”, escribieron los fiscales en un memorando de 28 páginas que cita comunicaciones telefónicas intervenidas entre Recio y Costanzo presentadas durante el juicio. “Costanzo estaba filtrando información para que Macey y Guerra pudieran atraer más clientes, y parte del plan requería que Recio transmitiera información privilegiada a Macey y Guerra”.

A cambio, los abogados regalaron a los dos veteranos casi 100.000 dólares en efectivo y obsequios, dijeron los fiscales federales.

Los sobornos incluyeron un pago inicial de 50.000 dólares para que Costanzo comprara una casa en el área de Miami que fue cableada a través de intermediarios, incluido el padre de Costanzo, un agente retirado y condecorado de la DEA que, según los fiscales, mintió al FBI.

“Se trata de avaricia y corrupción”, dijo la fiscal adjunta Emily Deininger en su argumento final en el juicio. “Lo que estaban haciendo estaba mal y lo sabían”.

Macey compareció por última vez ante un tribunal federal en diciembre para la sentencia de un cliente que se declaró culpable de distribuir más de 16 millones de dólares en medicamentos recetados adulterados. Guerra parece haber cambiado el nombre de su práctica para centrarse en casos de lesiones personales, diciendo en una publicación en las redes sociales: “¡Con Guerra, llueve dinero!”